El cuerpo humano es muy burro y cuando le cambias los hábitos, protesta. Conocerás a algún fumador arrepentido; es lo mismo que le ocurre cuando empieza a dejarlo. Hay personas que hasta des da fiebre.
El cuerpo "demanda" todas las cosas que le has quitado (aunque sean nocivas) y a las que ya se había acostumbrado.
A lo largo de toda una vida intoxicándote poco a poco, el cuerpo se ha adaptado para sobrevivir y ha ido reestructurando sus procesos para mantener el equilibrio interno que han de tener entre ellos. Sin querer, le has entrenado para vivir en un ambiente determinado (el tóxico) y le estás llevando otro completamente opuesto (aunque sea el más sano y correcto).
Si ahora, de repente, de quitas todo a lo que desgraciadamente se había acostumbrado, te reclama esos compuestos químicos que es la forma más rápida que tiene de recuperar aquel equilibrio tóxico que quieres modificar. No le podemos pedir al cuerpo que se acostumbre a nuevos hábitos en dos días ya que él ha necesitado toda tu vida para acostumbrase al ambiente hostil al que le has sometido.
Personalmente, te recomiendo que aguantes y, que lo veas como la parte del primer tratamiento no invasivo que seguro que recibes desde que comenzaste con los síntomas. El "control ambiental" es el primero en el que no tienes que introducir ningún químico adicional (fármacos).
Convence a tu cuerpo de que lo que habéis vivido hasta ahora no era lo correcto y que le vas a devolver a su estado natural; al estado en que vino al mundo diseñado para protegerse de cosas naturales pero no de cosas artificiales.
Espero que estas líneas te den un poco de luz. Y espero que puedan ayudar a alguien más.
Un abrazo.
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